La importancia del lenguaje incluyente | Paréntesis Legal

La importancia del lenguaje incluyente

Mtra. Verónica Patricia Gómez Schulz

El mundo está en un punto de cambio, porque ahora se entiende que la igualdad de género no es sólo un tema de mujeres sino una cuestión de DERECHOS HUMANOS. La finalidad es lograr la participación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida, pero existen áreas prioritarias como el liderazgo de las mujeres, erradicar la violencia en contra de las mujeres y el empoderamiento económico de las mujeres.

La defensa de la igualdad de género no es un tema sólo de mujeres, también se deben ocupar y preocupar hombres y personas de todos los géneros, quienes deben mostrar su solidaridad para crear un cambio valiente, visible y unido. Redefinir la masculinidad o cuestionar los estereotipos masculinos también es un tema de igualdad de género.

El movimiento mundial de solidaridad por la igualdad de género inició hace algunas décadas, con acuerdos históricos como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que entró en vigor en México en septiembre de 1981, y la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995). Como resultado de estos acuerdos se empezaron a implementar políticas públicas de igualdad entre mujeres y hombres, para enfrentar la discriminación y la violencia contra mujeres y niñas. Dentro de estas políticas públicas está utilizar un lenguaje incluyente que visibilice a las mujeres.

El lenguaje incluyente y no sexista es un medio para promover relaciones de respeto e igualdad entre los géneros, visibilizar a las mujeres, y prevenir la violencia y discriminación contra cualquier persona. En palabras del Ministro Arturo Zaldívar: “Lo cierto es que el lenguaje incluyente no pretende ser correcto. Todo lo contrario, pretende cambiar la realidad, desafiarla y transformarla.”

En los estudios de género y en la literatura que analiza las formas en que se ha discriminado a las mujeres, aparece como un primer paso, simbólico tal vez, pero de gran relevancia para la lucha por los derechos de las mujeres, el derecho a ser nombradas.

La percepción androcéntrica del mundo ha conllevado a la ocultación de las mujeres en todos los aspectos de la historia humana. El lenguaje como parte de la cultura, puede modificarse y adecuarse a los nuevos tiempos.

El cambio al lenguaje no sexista e incluyente, nada tiene que ver con reglas gramaticales. No se trata de demostrar que el masculino genérico incluye a las mujeres, ni si el género gramatical coincide con el sexo. Es un tema mucho más profundo, tiene que ver con los derechos fundamentales, el uso del lenguaje en la sociedad y qué representa.

La Real Academia Española, desahogó una consulta de la Vicepresidenta del Gobierno sobre el buen uso del lenguaje inclusivo en su Carta Magna. Para elaborar el informe se designó una ponencia constituida por dos académicos y dos académicas. Además, se generaron tres documentos relativos al sexismo lingüístico, femeninos de profesión y masculino genérico. Se está a favor de una feminización del lenguaje, y se están haciendo modificaciones en el Diccionario de la Lengua para eliminar expresiones sexistas.

Solo por citar un ejemplo del cambio para el uso del lenguaje incluyente están los Colegios de profesionales del derecho en España que están cambiando el término abogados por abogacía, es el caso de los siguientes Colegios: Consejo General de la Abogacía Española, Los Ilustres Colegios de la Abogacía de Bizkaia, Barcelona, Albacete, Alicante, Leida, Tarragona, Gijón, Girona, Reus y Ourense, la Abogacía Andaluza por la Defensa Animal y la Confederación Española de la Abogacía Joven Tortosa.

En México, todavía somos reticentes al cambio, poniendo como barrera o excusa la gramática, la tradición, la historia, entre otros. Los colegios de profesionales del derecho deben poner el ejemplo e impulsar el uso del lenguaje incluyente empezando por el cambio de su nombre.

Dejemos de lado los prejuicios, destaquemos la importancia del lenguaje inclusivo y fomentemos su uso, es un tema de derechos humanos no de gramática.